A pesar de que un milagro médico ha conseguido reducir su tumor y darle unos años más de vida, Hazel (Shailene Woodley) nunca ha dejado de considerarse una enferma terminal, con un capítulo final por escribir en su diagnóstico. Pero cuando un nuevo y joven paciente llamado Augustus -Gus- Waters ( Ansel Elgort) entra en el grupo del centro de Cáncer infantil, la vida y la historia de Hazel comienza un nuevo capítulo.